jueves, 27 de noviembre de 2014

Invierno; blanco pelo, blanca mirada...

Quizás sea su frialdad, quizás sea esa altivez tan suya. Quizás le rompieron el corazón, y una vez bastó para helarse hasta las tripas.

Los días amanecen más temprano cuando tú no estás; porque la luna se queda en vela -todas las noches- buscándote, y las estrellas te anhelan. Blanco pelo, blanca mirada.
Pobre invierno, con tu esperanza en algún cajón perdido...

Haré que vuelvas a sentir el calor, pero sin derretirte.
Haré que ardas fuego en la mirada, pero sin quemarte.
Por hacer, haré de tu sonrisa mi santuario.

martes, 18 de noviembre de 2014

Otoño; como vienes, te vas...

La necesito tanto como ella me necesita a mí. Otoño va creando suspiros vacíos que se pierden con el aroma de sus pasos.
Ella es áspera como la vejez y frágil como la barrera de mi cordura.

Su voz se clava como alfileres; capaz es de matar la inocencia de un recién nacido. Mujer, que haces caso omiso a las súplicas y críticas. Que tienes la fuerza de un desgarro, que por ti muere el infinito.

Y como vienes, te vas. Así vuelves a empezar.
Vuelve a mí.

lunes, 10 de noviembre de 2014

Mis cinco sentidos, son tú...

Te voy a contar mis cinco sentidos, uno por uno. Pero qué te voy a contar, si ya sabes que siempre eres tú.
Y porque no tengo más.
Mi sabor favorito, niña, es tu mirada, porque me quedo con el tacto de tu voz. No hay nada más que me encante que oler tu sonrisa, y lo único que me interesa es escuchar tus recónditos y amargos silencios...
Pero si me das a elegir, me conformo con verte en los recuerdos.
Nada más me apetece que sentirte, nada más que tú; o lo que un día fuiste.
Y si miento, que Dios me quite la libertad.

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