miércoles, 30 de noviembre de 2016

Siguiendo el orden lógico de los sueños...

Tan solo pensar la idea de compartirme, corroe una desazón llena de mugre y óxido que se genera en los orígenes y abarca hasta mi última molécula. Siempre existió ese temor por el sentimentalismo ajeno, y ya pedí perdón por ello.

Me negué la necesidad por abrirme en canal y que rezuman las cucarachas de mi interior. Aún aguardo el lastre del pasado; nadie es digno para analizar las partículas de mi alma.

Huele a rancio desde mi posición. Sigo aquí, en el núcleo del vacío, ornamentado de miel y veneno mientras acaricio la ciencia para salvar el arte.

No hace falta que me sueñes,
ya me masturbo yo.

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